Amigos seguidores de "EL REGRESO", hace meses que no les escribía en este espacio. Lo retomo hoy, luego de recuperarme de la vorágine que significó la grabación de la película, culminada el pasado mes de octubre de 2011. La filmación fue un huracán hermoso y despiadado, durante nueve semanas vivimos una terapia intensiva de pasiones, conocimiento y retos logísticos que nos pusieron a prueba y sacaron lo mejor y lo peor de nosotros, que es, finalmente, lo puramente humano.
Nuestro rodaje se prolongó por nueve semanas en las que estuvimos experimentando una montaña rusa permanente. Sobrevivimos cinco semanas bajo el sol inclemente en la playa ORIBOR, del Municipio Miranda del Estado Zulia, donde comimos arena en cantidades industriales, recibimos cachetadas de viento a diario y soportamos tormentas eléctricas, pero también nos divertimos construyendo entre todos las imágenes y los sonidos para hacerlos realidad en planos, en secuencias, logrando así darle cuerpo y sentido a esa historia por la que estábamos luchando.
Al llegar a Maracaibo, nos esperaba otro paisaje: esta vez fueron cuatro semanas de mollejero permanente, donde el voceo del buhonero mezclado con la mezcla musical propia del mercado (explosión de vallenato con reguetón y sus derivados) nos entumeció los oídos, el golpeteo del caminar de la gente era nuestro día a día, aromatizado con un buen toque de cloaca propia de las callejuelas y los rincones de nuestras locaciones, cuna de los patrimonios históricos en peligro de destrucción de casco central. En este universo donde era imposible controlarlo todo, nos sumergimos con Red One en mane, y el circo de cine penetró el verguero y el bullicio de manera exitosa, llenándonos de todo el olr y el calor posible, para impregnárselo al trabajo que estábamos haciendo.
Finalmente en nuestra semana nueve de rodaje, el último día de trabajo en el terminal Wayuu Shawantamana, ya todos un poco calcinados por el sol, despeinados y con todo el glamour del mundo perdido, gritamos de felicidad al llegar al final de lo que fue, definitivamente una prueba de fuego, llena de obstáculos de producción, con locaciones extremas, protagonizada por niños, con animales y todos los ingredientes que los productores siempre te recuerdan que son peligrosos, porque sí, los teníamos todos, nos enardecimos de haber culminado sin tragedias, más allá de las usuales, de los problemas de presupuesto o producción, que siempre pueden sucederle a las mejores familias y también a los cineastas sea poca o mucha su experiencia. 
Una vez que bajó el telón y no hubo más escenas por filmar, el circo de cine, el zoológico ambulante se dispersó de nuevo, cada quien se fue a su ciudad correspondiente, y nos volvimos a quedar los responsables de que el motor siga encendido, solos, para inciar esta vez el igual de largo y complejo proceso de postproducción.
En el rodaje, depende de cómo sea, de cuánto presupuesto exista, pueden haber de 10 a 100 personas a tu alrededor, pero lo cierto es que sólo dos, cuando mucho tres, son las que realmente están desde el inicio (la escritura de guión) hasta el final (postproducción, promoción, estreno, ventas y festivales). En este proceso de postproducción que enfrentamos actualmente, los dos locos que quedamos echándole gasolina al motor diariamente para seguir adelante, y que juntos formamos a nuestra productora MANDRÁGORA FILMS ZULIA C.A., tenemos como propósito hacer que EL REGRESO logre en las pantallas de cine el público que merece, para eso, andamos estudiando, viendo, escuchando, pues todo estreno de una óepra prima es inédito, como toda primera vez llena de misterios, retos y pasiones.
El corte final de la película está casi listo, nos encontramos entrando en la fase de ajustes finales para entrar a los procesos de laboratorio y por supuesto, al diseño de nuestra campaña promocional.
Retomado este espacio nuevamente, luego de sanadas las heridas de batalla de rodaje, seguiré compartiendo con ustedes reflexiones y noticias sobre nuestra película zuliana EL REGRESO.
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Cambio y fuera!
